PRESENTACIÓN
El informe fue elaborado de manera colectiva por integrantes del Frente Feminista Nacional, con el objetivo de presentar la visión de mujeres feministas sobre los avances, los pendientes y los desafíos en el cumplimiento de la PAB, en el marco de la conmemoración de los 25 años de la IV Conferencia Mundial de la Mujer.
Llevamos a cabo varias reuniones en donde propusimos, discutimos y afinamos la metodología y revisamos los avances del informe. La primera fue en la ciudad de Morelia, Michoacán, los días 4 y 5 de octubre de 2019; la segunda fue en Cuernavaca, Morelos, los días 30 de noviembre y 1 de diciembre de 2019; y la tercera se realizó en la Ciudad de México, el 1 de febrero de 2020. Además, los grupos de trabajo conformados para este fin sostuvieron encuentros de trabajo.
La metodología del informe retoma la nota orientativa que la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) envió a los países para sugerir la forma de elaborar los informes oficiales, en la cual las 12 esferas de la PAB y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), se agrupan en seis grandes ejes. La nota orientativa se basa en preguntas sobre los avances y acciones realizadas por los países, para el cumplimiento de ambas agendas internacionales en los últimos cinco años.
Las integrantes de cada grupo de trabajo se organizaron con tareas específicas, sostuvieron reuniones presen- ciales o virtuales y mantuvieron la comunicación y participación con la coordinación nacional del FFN. Este esfuerzo de trabajo colectivo nos permite aportar algunos datos de diagnóstico o contexto en cada uno de los seis ejes, sin ser exhaustivos. Se rescatan algunos aspectos que nos interesa destacar para mostrar las brechas de desigualdad de género, clase, etnia, violencias e inequidades que viven las mujeres, a 25 años de que el Estado mexicano suscribió la PAB.
En el informe se incluyen propuestas por cada uno de los ejes dirigidas a los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial y a los tres órdenes de gobierno: federal, estatal y municipal, con el fin de que las autoridades cumplan con la PAB, con los ODS y con los avances que hemos logrado en la legislación nacional y local, en materia de derechos humanos de las mujeres.
Nuestros planteamientos están sustentados en la profesionalización de las integrantes del FFN y en el diálogo constructivo con autoridades y organizaciones, siempre con apego al marco jurídico nacional e internacional. Por ello, una preocupación latente es la actuación de grupos religiosos conservadores en labores de gobierno que atentan contra el mandato constitucional de respeto al Estado laico, el cual establece claramente la separa- ción entre la Iglesia y el Estado.
Otro aspecto que importa señalar es la situación de conflicto armando que vive el país en los últimos sexenios, cuestión no reconocida por el Estado mexicano, y que genera una espiral de violencias y desplazamientos forzados que impactan la seguridad y la vida de la ciudadanía, en especial de las mujeres.
Queremos llamar la atención respecto de la falta de reconocimiento al trabajo de las mujeres rurales e indíge- nas en la producción de alimentos y en la reproducción de la cultura (conocimientos agrícolas, cuidado de los bienes naturales y la diversidad, la lengua, la medicina indígena, etcétera). Esto se puede constatar en los programas asistenciales, donde subyace la cultura patriarcal que las concibe como beneficiarias y no como sujetas de derechos. Se requiere de políticas dirigidas a fortalecer la autonomía económica y la participa- ción de las mujeres en las decisiones, y que incorporen los enfoques de género, interculturalidad y de derechos humanos.
La revisión del Informe Nacional Exhaustivo de México en Cumplimiento de la Plataforma de Acción de Beijing, el informe oficial, entregado a la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empodera- miento de las Mujeres (ONU Mujeres), confirmó la importancia de presentar la visión propositiva desde la sociedad civil, toda vez que lo expresado en el informe oficial no muestra los grandes pendientes que tiene el Estado mexicano para el cumplimiento de los derechos humanos de las mujeres.
En la reunión del FFN realizada en Morelia, Michoacán, se formaron seis grupos de trabajo, a partir de los ejes de la nota orientativa de la CEPAL:
- Grupo 1. Desarrollo inclusivo, prosperidad compartida y trabajo decente.
- Grupo 2. Erradicación de la pobreza, protección social y servicios sociales.
- Grupo 3. Erradicación de la violencia, los estigmas y los estereotipos.
- Grupo 4. Participación, responsabilidad e instituciones con perspectiva de género.
- Grupo 5. Sociedades pacíficas e inclusivas.
- Grupo 6. Conservación, protección y rehabilitación del medio ambiente.
Nos preocupa que los acuerdos internacionales en materia de derechos humanos de las mujeres, suscritos por nuestro país, no se concretan en la vida de las mujeres; especialmente, los gobiernos estatales y municipales ignoran e incumplen su obligación de destinar recursos públicos e instrumentar políticas y acciones con enfoque de género. En muchos casos, observamos que hay una simulación en el cumplimiento del programa Proequidad o en los planes locales en la materia. Como FFN, hemos propuesto el establecimiento de contralo- rías ciudadanas que den seguimiento y revisen los resultados de las políticas y uso de los recursos públicos en los tres órdenes de gobierno.
Las mujeres, como ciudadanas e integrantes de colectivos sociales y organizaciones no gubernamentales, hemos aportado nuestro trabajo para la construcción de la democracia del país. Estamos convencidas de que sin la participación de las mujeres no habrá gobernabilidad democrática. Por ello, hacemos un llamado al más alto nivel de autoridad para que cesen los discursos que descalifican a los legítimos movimientos y al trabajo militante y honesto de las organizaciones de la sociedad civil, puesto que ofrecemos nuestra experiencia y conocimientos para el avance de los derechos humanos de las mujeres. Exigimos que se restablezcan los presupuestos de programas concursables que permiten el trabajo local y constante de personas organizadas que realizan actividades que los gobiernos no hacen.